Héroes Desconocidos[1]
Víctor D. López ©
2011, 2017
Aunque estoy parado en los hombros de
gigantes,
No veo mucho más lejos del puente de mi
nariz.
La culpa es mía.
La vergüenza es mía.
Pues no soy digno de ustedes, mis
queridos muertos.
Parte I – Emilio (abuelo materno)
Su crimen fue su inteligencia y su
posesión de una conciencia social, que le hizo anhelar
Ver a su amada España permanecer libre
y le impidió tolerar a fascistas.
No portó armas;
aborrecía todo tipo de violencia. No incitó la rebelión,
Aunque se rebeló
contra los enemigos de la libertad nacionales y extranjeros.
Fue apasionadamente
un idealista que, en un tiempo de oscuridad, se aferraba a la
Creencia en la perfectibilidad del espíritu humano. No pudo soportar las
mentiras que los periódicos
Regionales llevaban
diariamente y tradujo noticias de los periódicos estadounidenses y británicos
sobre
La creciente
tormenta, compartiendo la verdad libremente con todos los que le escuchaban.
Dio discursos y
escribió discursos dados por otros en apoyo a una moribunda república,
Derrumbándose bajo
el peso de su propia incompetencia y corrupción.
Le avisaron amigos
de su inminente arresto y le ofrecieron pasaje a Nueva York o a
Buenos Aires donde
muchos de sus amigos ya habían encontrado refugio.
Pero no conseguirían
pasaje para su esposa y sus nueve hijos, y se negó a abandonarlos a su suerte.
Vinieron por usted, como siempre, en medio de la noche, esos cobardes con
rostros severos escondidos
Detrás de ametralladoras. Le llevaron preso, no por la primera vez, al Castillo
de San Antón, una
Antigua fortaleza en
una bahía hermosa y tranquila, y lo transfirieron a otros calabozos.
Le arrancaron las uñas, una por una, y esas sus más tiernas caricias, mientras
le pidieron nombres.
Lo que soportó, solo
Dios lo sabe, mediante meses, y fue condenado a muerte como un traidor.
Le abrían fusilado en
La Plaza de María Pita. Pero la República tenía amigos, hasta entre algunos
Oficiales fascistas,
y uno de ellos le abrió la puerta de su celda en la víspera de su ejecución.
Había sido
transferido al Castillo de San Antón a esperar su sentencia. No obstante de
haber contraído
Tuberculosis
entonces, sin embargo, según mi abuela, logró nadar de A Coruña a Sada a través
de la
Bahía en una noche
sin luna, a la seguridad del hogar de otro patriota que arriesgó su vida y la
de su
Familia para
albergarle, y realizó un viaje de muchos kilómetros a pie para encontrar a su
esposa.
Encontró su casa y
le informó a su esposa del inesperado aplazamiento, y le pidió que enviara
alguna
Ropa y zapatos para
reemplazar sus trapos sucios. Según mi madre, su hija mayor, María, insistió en
Acompañar a ese
honrado desconocido, llevando cuanta ropa, comida y afectos personales
Pudo rápidamente
recoger para llevárselos, sin saber cuándo le podría volver a ver.
De vez en cuando
aceptó la hospitalidad de una noche de estancia en el desván o ático de un
Simpatizante
republicano, los cuales no eran difíciles de encontrar en una Galicia
Ferozmente
independiente bajo el yugo de uno de los suyos.
Y soportó vivir
en el bosque, con guerrilleros activos durante años.
Vivió con todas las
comodidades de un animal perseguido con otros que no cederían,
Cuyo mayor delito
consistió en estar en el lado equivocado de una causa perdida.
Espero que le diese
algo de consuelo el saber que estaba en el lado correcto de la historia.
No se lo dio a su
esposa ni a sus nueve hijos.
Usted pagó muchos inimaginables sacrificios como penitencia por su conciencia.
Una vez al mes o más
Después de pasado
algún tiempo, visitó su esposa e hijos. Le introdujeron a los más pequeños como
un
Tío que vivía lejos.
No sabían ellos quien era el barbudo salvaje que pagaba estas visitas en media
noche
Y se despedía antes de amanecer llevando puesta la ropa vieja y limpia de su
padre.
Los más mayores,
María, Josefa, Juan y Tomita, todos aun en su adolescencia, les decían a los
más
Pequeños que su “tío” portaba noticias de su padre. Los niños más jóvenes, aun
vistiendo los mantos
Deshilachados de su
inocencia, aceptaban esto, sin preguntar por qué se quedaba en el cuarto de
Mamá toda la noche y
se marchaba siempre antes que despertaran la mañana siguiente.
No puedo concebir la
profundidad de su angustia en tener que interpretar el papel de un extraño en
su
Propia casa, de no
poder abrazar a sus hijos más pequeños quienes adoraba, por miedo a
Vecinos fascistas
quienes trataban a menudo de adquirir informes de ellos con pasteles y dulces
en
Tiempos de hambre, tratando de usar su inocencia como un arma contra usted.
Sus padres eran relativamente ricos empresarios que cultivaban el mar pero lo
desheredaron—
Tal vez por su
política, tal vez por elegir el emigrar, negándose a unirse a la empresa
familiar o
Tal vez por casarse
por amor en la ciudad de Nueva York con una joven sumamente trabajadora pero
De clase humilde y
estación social inferior en los ojos de sus padres.
Vivió lo suficiente para
ver el fin de la guerra civil, pero no a su amada España liberada de sus
cadenas.
Falleció antes de
sufrir las consecuencias de la guerra cuyo fin fue el preludio de
Décadas de cosechas
de angustia y amargura a quienes la sobrevivieron.
No se salvaron de
esa cosecha su esposa ni sus hijos.
No hay libros que graben su nombre. Casi todos quienes le conocieron han muerto.
No obstante, siete décadas después de su fallecimiento aun aparecían flores
frescas en su nicho en el
Cementerio de Fontan
que guarda sus cenizas y las de su hijo mayor, Juan y su hija,
Toñita, quienes murieron aún mucho más jóvenes que usted, a los 19 y 15 años.
También yacen allí
las cenizas de su esposa, Remedios, donde el
Honor, la bondad, la
decencia, y un Corazón puro y deshecho en su
Muy corta vida por un mundo muy poco merecedor de su
Presencia finalmente descansan en paz.
NOTEN: Este es un extracto de mi poema más largo, "Unsung Heroes" de
mi libro Of Pain and Ecstasy: Collected Poems [De Dolor y Éxtasis: Colección de
Poemas] © Victor D. López 2011, 2014, 2017. Esta traducción al español del inglés
original es rápida e imperfecta, pero también es mía.
[Transate by the
author from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011, 2017 Victor D. López
(Amazon Kindle and CreateSpace)
Parte II--Remedios (Abuela Materna)
Tu esposo murió a los 40, dejándote
sola con siete hijos a mantener, Pero no antes de que tu hijo
Más mayor,
Juan, muriera ahogado en el mar. Aun en su adolescencia, trabajaba como
Pescador para ayudarte a ti y a tu
esposo a poner comida en la mesa. Habías también perdido a
Una hija, Toñita, también en su tierna
adolescencia por indeterminada enfermedad.
Sus gentiles almas puras encontraron el sendero de regreso a su casa eterna demasiado pronto.
Más tarde en la vida perderías dos
hijos más a la tragedia, Paco (Francisco), un, hombre sumamente
Trabajador, honesto, y bueno cuya inclinación a usar lenguaje vulgar no disminuyo su naturaleza apacible y corazón generoso. Se electrocutó con una luz portátil defectuosa.
Y el niño de tus ojos, Sito (José), el
último en nacer y tu preferido, quien había heredado la Hermosura física de
su padre y también su conciencia social, su política de izquierdas,
su imponente
Presencia, su labia de oro, y su mala, mala
suerte. Acabo su vida tal vez
Accidentalmente debajo del
carril de un tren en movimiento.
Ni la desesperación ni la pobreza
pudieron doblar tu espíritu. Tú te levantaste todos los días antes
De la
madrugada para vender el pescado en un puesto en la plaza. Y cada tarde
colocaste una
Enorme cesta de mimbre en la cabeza y caminaste muchos, muchos kilómetros para
Vender más pescado en otros
pueblos lejanos.
El dinero era escaso, por lo cual a
menudo recibías otros bienes a cambio de tu pescado.
También le dabas tu
pescado a quien solo te lo podía pagar con su bendición. Caminabas
De vuelta a casa, a
altas horas de la noche, a través de la oscuridad o por
Senderos iluminados por la luna,
cargada de lo que te dieran a cambio de tu pescado.
Verduras, huevos, y tal vez un conejo o un pollo llenaban tu cesta de mimbre
sobre tu
Fuerte cabeza. Caminabas recta sobre tus piernas repletas de venas varicosas,
impulsada
Siempre hacia delante por un propósito noble: alimentar a tus hijos y poder
darles
Esperanza de que
vendrían tiempos mejores.
Durante la peor época de hambre mediante y después de la Guerra Civil, la
chimenea de tu
Casa alquilada con vistas al Puerto de
Fontan, expulsó humo negro todos los días.
El fuego de tu lareira alimentó no
sólo a tus hijos, sino también a muchos vecinos aún
Menos afortunados que tú, alimentando
su cuerpo y manteniendo en vida la esperanza.
Fuiste criticada por algunos vecinos
cuando lo peor había pasado, después de la guerra.
"¿Por qué trabajas
tan duro, Remedios, y permites que tus niños pequeños trabajen
Tan
jóvenes? Los sacrificas a ellos y a ti misma
sin necesidad por un orgullo imbécil
Cuando Franco y la
ayuda extranjera otorgan comidas gratis para los necesitados”.
“Mis hijos nunca vivirán de la caridad
pública mientras mi espalda lo permita,” era tu
Contestación.
Resentiste a tu esposo por poner la política por encima de su familia, y por
Arrastrarte a ti y a
tus dos hijas mayores de tu cómoda y sana vida en tu casa, en el Numero 10
Perry Street cerca del Grenwich Village a una Galicia sin esperanzas.
El optó por inclinar su lanza a
molinos de viento por a la eterna gloria de otros hombres
Necios. Y te dejó a
ti sola para enfrentar la ingloriosa lucha por la sobrevivencia diaria.
No obstante su corazón enfermo, él trabajó con gran diligencia para
promover un futuro
Justo en su querida
España, ignorando la realidad practica de tu doloroso presente.
Te llenó de hijos y
construyó con gran cuidado la cruz en la cual lo crucificaron, una
Palabra a la vez, dejándote a ti la dolorosa tarea de recoger los rasgos de su
idealismo
Destrozado.
Pero tú sobreviviste y prosperaste sin sacrificar tus propios principios
Sólidos y sin
permitir que tus hijos sufrieran más privaciones que las del trabajo
duro.
Nunca perdiste tu sentido del humor.
Nunca tomaste a nada ni a nadie con gran seriedad.
Enfrentada con la
absurdidad de la vida, siempre optaste por reírte con ganas.
Te vi llorar muchas lágrimas de risa,
Pero nunca te vi llorar lágrimas de tristeza o de dolor.
Nunca te verías a ti
misma como una víctima ni permitirías que otros lo hicieran.
Te encantaba la gente. Tu sentido del
humor fue siempre irreverente y repleto de suave
Ironía. Y de gran sabiduría. Te encantaba reírte de ti misma, de otros, y
especialmente de
Tontos pomposos que invariablemente no
se daban cuanta que eran los objetos de tu gran
Diversión, inconscientes de tu déspito, proveído con gentiles palabras y ojos
luminosos.
Tus cataratas y miopía hicieron difícil que leyeras. No
obstante leías
Vorazmente y te
encantaba escribir largas cartas a tus seres queridos
Y amigos. Eras
una anciana sabia, la persona más sabia y más
fuerte que jamás conoceré.
Eras
sabia, sí, pero con el corazón de una niña y el alma
de un ángel.
Fuiste el ser más sano, más racional, más bien
ajustado y humano que jamás he conocido. Eras
Traviesa,
pero incapaz
de malicia. Fuiste aventurera; nunca tuviste miedo
de probar o de Aprender algo nuevo. Fuiste amante de la
diversión, interesante, amable,
Traviesa, divertida e infernalmente
inteligente.
Habrías sido una de las primeras adoptadoras de toda la
Tecnología moderna, si
hubieras tenido una vida más larga,
Y te hubiera
encantado jugar-y trabajar con
Todos mis juguetes electrónicos.
Habrías sido un terror
con un procesador de textos, con el correo electrónico
Y con las redes
sociales y una gran campeona con mis juegos de video.
Me habrías ganando en
todos ellos. Éramos grandes amigos tú y yo,
Y compañeros de juego
a lo largo de la mayor parte de mi infancia.
Nos seguiste a
nosotros aquí en breve después de que emigramos en 1968, dejando
Atrás a 20 nietos. Nunca entendí a
plenitud la profundidad de ese sacrificio,
O el amor que lo hizo
soportable para ti. Lo comprendo ahora. Demasiado tarde.
Es uno de los grandes pesares de mi vida.
Jugamos juegos de mesa, a vaqueros e indios, carreras de coches eléctricos, volteamos tarjetas de Béisbol y
compartimos miles de juegos de Birisca y Tute. Nunca se me ocurrió que tú eras el Más mínimo
inusual de ninguna manera. Te amé profundamente, pero Nunca me moleste mucho
Por demostrártelo. Eso también me pesa, y es también demasiado tarde.
Después de mudarse a
Buenos Aires, cuando mamá se había ganado suficiente dinero
Para llevarte a ti y a
los dos hermanos más jóvenes, el sistema de cuotas entonces
No permitía que
emigraran también tus dos hijos menores, quienes quedaron
Al buen cuidado de tu
hija casada mayor en España, María, y su esposo, Fausto.
Los querías contigo.
Te dirigiste directamente a Evita Perón para pedirle ayuda.
Como era de esperar,
no pudiste conseguir esquivar a sus porteros. Pero no eras nada si no
Persistente. Sabías que Evita salía temprano cada mañana para su oficina. Y te
Estacionaste a las
6:00 de la mañana, mediante muchos, días por su camino de salida.
Con el tiempo, Evita le hizo parar a su
chofer y te señalo que te acercaras.
"Abuela, ¿por qué
me hace señas a mí cada mañana cuando salgo para mi trabajo? "
Ella preguntó. Tú le
explicaste acerca de tus hijos en España. Evita se apiadó y
Te escribió un pase en
su tarjeta para verte en su oficina al día siguiente.
La fuiste a ver al día siguiente y ella
te aseguró que la visa se expediría inmediatamente;
Cuando se enteró de que
hacías la vida de lavandera y de limpieza,
Ella te ofreció una
máquina de coser y entrenamiento para
Convertirte en una
costurera con la intención de promoverte una vida mejor.
Tú se lo agradeciste,
pero declinaste la oferta. "Dele la máquina de coser a otra madre
Necesitada.
Mi espalda es fuerte y mis manos me sirven bastante bien, igual que
siempre
Me sirvieron. “Evita debió haber quedado
impresionada, puesto a que te pidió que la
Visitaras una vez más cuando los niños
hubiesen ya llegado a Buenos Aires.
Te dio otro pase y tú cumpliste tu palabra, como siempre, de volver a verla con
tus niños.
Evita te volvió a ver
en su despacho brevemente y compartieron chocolate en taza y pasteles
Tú, Evita y tus dos hijos menores—Emilio
y José (Sito). No eras partidaria de la política ni del
Peronismo, pero
siempre defendiste a Evita mediante tu larga vida.
Te fuiste demasiado pronto. No te había dicho “te quiero” en muchos años,
estando
Demasiado ocupado con
mis estudios y con otras ocupaciones igualmente inútiles.
Falleciste sin poder
volverte a ver. Mamá tuvo que ir a tu lado sola. La última vez que
Te había escrito te
envié una foto de mi graduación de abogado.
Según mamá la llevabas
en el bolsillo antes de que te diera el ictus cerebral del cual
No hubo recuperación.
Como siempre, me quisiste con todas mis faltas que me hacen
Indigno de tu cariño.
Yo presentí el momento de tu muerte. Desperté de un profundo
Sueño desperté y vi un
pájaro blanco parado encima de mi escritorio al pie de mi cama.
Ese pájaro de tamaño
humano extendió unas enormes alas y voló hacia mí,
Traspasándome y
dejándome en un fuerte escalofrió. Supe en ese momento que
Habías muerto. Lloré y
recé por ti. Mamá llamo por la mañana
Para confirmar la
triste noticia.
Mamá también me
comunicó muchos años después que habías estado en una
Coma por un tiempo
pero que habías despertado y que, sin conocerla, le
Habías dicho que
viajabas a Nueva York para ver a tu nieto. Luego te dormiste
Por última vez, según
mamá. Te echo de menos todos los días.
[Transated by the
author from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011, 2017 Victor D. López
(Amazon Kindle and CreateSpace)
[1] This is an excerpt from my
longest poem, “Unsung Heroes” from my book Of Pain and Ecstacy:
Collected Poems © 2011, 2014. The translation into Spanish is my
own. [Este es un extracto de mi poema más largo, "Unsung Heroes" de
mi libro Of Pain and Ecstasy: Collected Poems © 2011, 2014. La traducción al
español es rápida e imperfecta, pero también en mía.]
No portó armas; aborrecía todo tipo de violencia. No incitó la rebelión,
Aunque se rebeló contra los enemigos de la libertad nacionales y extranjeros.
Fue apasionadamente un idealista que, en un tiempo de oscuridad, se aferraba a la
Creencia en la perfectibilidad del espíritu humano. No pudo soportar las mentiras que los periódicos
Regionales llevaban diariamente y tradujo noticias de los periódicos estadounidenses y británicos sobre
La creciente tormenta, compartiendo la verdad libremente con todos los que le escuchaban.
Dio discursos y escribió discursos dados por otros en apoyo a una moribunda república,
Derrumbándose bajo el peso de su propia incompetencia y corrupción.
Le avisaron amigos de su inminente arresto y le ofrecieron pasaje a Nueva York o a
Buenos Aires donde muchos de sus amigos ya habían encontrado refugio.
Pero no conseguirían pasaje para su esposa y sus nueve hijos, y se negó a abandonarlos a su suerte.
Vinieron por usted, como siempre, en medio de la noche, esos cobardes con rostros severos escondidos
Detrás de ametralladoras. Le llevaron preso, no por la primera vez, al Castillo de San Antón, una
Antigua fortaleza en una bahía hermosa y tranquila, y lo transfirieron a otros calabozos.
Le arrancaron las uñas, una por una, y esas sus más tiernas caricias, mientras le pidieron nombres.
Lo que soportó, solo Dios lo sabe, mediante meses, y fue condenado a muerte como un traidor.
Le abrían fusilado en La Plaza de María Pita. Pero la República tenía amigos, hasta entre algunos
Oficiales fascistas, y uno de ellos le abrió la puerta de su celda en la víspera de su ejecución.
Había sido transferido al Castillo de San Antón a esperar su sentencia. No obstante de haber contraído
Tuberculosis entonces, sin embargo, según mi abuela, logró nadar de A Coruña a Sada a través de la
Bahía en una noche sin luna, a la seguridad del hogar de otro patriota que arriesgó su vida y la de su
Familia para albergarle, y realizó un viaje de muchos kilómetros a pie para encontrar a su esposa.
Encontró su casa y le informó a su esposa del inesperado aplazamiento, y le pidió que enviara alguna
Ropa y zapatos para reemplazar sus trapos sucios. Según mi madre, su hija mayor, María, insistió en
Acompañar a ese honrado desconocido, llevando cuanta ropa, comida y afectos personales
Pudo rápidamente recoger para llevárselos, sin saber cuándo le podría volver a ver.
De vez en cuando aceptó la hospitalidad de una noche de estancia en el desván o ático de un
Simpatizante republicano, los cuales no eran difíciles de encontrar en una Galicia
Ferozmente independiente bajo el yugo de uno de los suyos.
Y soportó vivir en el bosque, con guerrilleros activos durante años.
Vivió con todas las comodidades de un animal perseguido con otros que no cederían,
Cuyo mayor delito consistió en estar en el lado equivocado de una causa perdida.
Espero que le diese algo de consuelo el saber que estaba en el lado correcto de la historia.
No se lo dio a su esposa ni a sus nueve hijos.
Usted pagó muchos inimaginables sacrificios como penitencia por su conciencia. Una vez al mes o más
Después de pasado algún tiempo, visitó su esposa e hijos. Le introdujeron a los más pequeños como un
Tío que vivía lejos. No sabían ellos quien era el barbudo salvaje que pagaba estas visitas en media noche
Y se despedía antes de amanecer llevando puesta la ropa vieja y limpia de su padre.
Los más mayores, María, Josefa, Juan y Tomita, todos aun en su adolescencia, les decían a los más
Pequeños que su “tío” portaba noticias de su padre. Los niños más jóvenes, aun vistiendo los mantos
Deshilachados de su inocencia, aceptaban esto, sin preguntar por qué se quedaba en el cuarto de
Mamá toda la noche y se marchaba siempre antes que despertaran la mañana siguiente.
No puedo concebir la profundidad de su angustia en tener que interpretar el papel de un extraño en su
Propia casa, de no poder abrazar a sus hijos más pequeños quienes adoraba, por miedo a
Vecinos fascistas quienes trataban a menudo de adquirir informes de ellos con pasteles y dulces en
Tiempos de hambre, tratando de usar su inocencia como un arma contra usted.
Sus padres eran relativamente ricos empresarios que cultivaban el mar pero lo desheredaron—
Tal vez por su política, tal vez por elegir el emigrar, negándose a unirse a la empresa familiar o
Tal vez por casarse por amor en la ciudad de Nueva York con una joven sumamente trabajadora pero
De clase humilde y estación social inferior en los ojos de sus padres.
Vivió lo suficiente para ver el fin de la guerra civil, pero no a su amada España liberada de sus cadenas.
Falleció antes de sufrir las consecuencias de la guerra cuyo fin fue el preludio de
Décadas de cosechas de angustia y amargura a quienes la sobrevivieron.
No se salvaron de esa cosecha su esposa ni sus hijos.
No hay libros que graben su nombre. Casi todos quienes le conocieron han muerto.
No obstante, siete décadas después de su fallecimiento aun aparecían flores frescas en su nicho en el
Cementerio de Fontan que guarda sus cenizas y las de su hijo mayor, Juan y su hija,
Toñita, quienes murieron aún mucho más jóvenes que usted, a los 19 y 15 años.
También yacen allí las cenizas de su esposa, Remedios, donde el
Honor, la bondad, la decencia, y un Corazón puro y deshecho en su
Muy corta vida por un mundo muy poco merecedor de su
Presencia finalmente descansan en paz.
NOTEN: Este es un extracto de mi poema más largo, "Unsung Heroes" de mi libro Of Pain and Ecstasy: Collected Poems [De Dolor y Éxtasis: Colección de Poemas] © Victor D. López 2011, 2014, 2017. Esta traducción al español del inglés original es rápida e imperfecta, pero también es mía.
[Transate by the author from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011, 2017 Victor D. López (Amazon Kindle and CreateSpace)
Más mayor, Juan, muriera ahogado en el mar. Aun en su adolescencia, trabajaba como
Una hija, Toñita, también en su tierna adolescencia por indeterminada enfermedad.
Trabajador, honesto, y bueno cuya inclinación a usar lenguaje vulgar no disminuyo su naturaleza apacible y corazón generoso. Se electrocutó con una luz portátil defectuosa.
Presencia, su labia de oro, y su mala, mala suerte. Acabo su vida tal vez
Accidentalmente debajo del carril de un tren en movimiento.
De la madrugada para vender el pescado en un puesto en la plaza. Y cada tarde colocaste una
Enorme cesta de mimbre en la cabeza y caminaste muchos, muchos kilómetros para
También le dabas tu pescado a quien solo te lo podía pagar con su bendición. Caminabas
De vuelta a casa, a altas horas de la noche, a través de la oscuridad o por
Verduras, huevos, y tal vez un conejo o un pollo llenaban tu cesta de mimbre sobre tu
Fuerte cabeza. Caminabas recta sobre tus piernas repletas de venas varicosas, impulsada
Siempre hacia delante por un propósito noble: alimentar a tus hijos y poder darles
Esperanza de que vendrían tiempos mejores.
Durante la peor época de hambre mediante y después de la Guerra Civil, la chimenea de tu
"¿Por qué trabajas tan duro, Remedios, y permites que tus niños pequeños trabajen
Tan jóvenes? Los sacrificas a ellos y a ti misma sin necesidad por un orgullo imbécil
Contestación. Resentiste a tu esposo por poner la política por encima de su familia, y por
Arrastrarte a ti y a tus dos hijas mayores de tu cómoda y sana vida en tu casa, en el Numero 10
Perry Street cerca del Grenwich Village a una Galicia sin esperanzas.
Necios. Y te dejó a ti sola para enfrentar la ingloriosa lucha por la sobrevivencia diaria.
No obstante su corazón enfermo, él trabajó con gran diligencia para promover un futuro
Justo en su querida España, ignorando la realidad practica de tu doloroso presente.
Te llenó de hijos y construyó con gran cuidado la cruz en la cual lo crucificaron, una
Palabra a la vez, dejándote a ti la dolorosa tarea de recoger los rasgos de su idealismo
Destrozado. Pero tú sobreviviste y prosperaste sin sacrificar tus propios principios
Sólidos y sin permitir que tus hijos sufrieran más privaciones que las del trabajo duro.
Enfrentada con la absurdidad de la vida, siempre optaste por reírte con ganas.
Nunca te verías a ti misma como una víctima ni permitirías que otros lo hicieran.
Ironía. Y de gran sabiduría. Te encantaba reírte de ti misma, de otros, y especialmente de
Diversión, inconscientes de tu déspito, proveído con gentiles palabras y ojos luminosos.
Tus cataratas y miopía hicieron difícil que leyeras. No obstante leías
Vorazmente y te encantaba escribir largas cartas a tus seres queridos
Y amigos. Eras una anciana sabia, la persona más sabia y más fuerte que jamás conoceré.
Eras sabia, sí, pero con el corazón de una niña y el alma de un ángel.
Fuiste el ser más sano, más racional, más bien ajustado y humano que jamás he conocido. Eras
Traviesa, pero incapaz de malicia. Fuiste aventurera; nunca tuviste miedo de probar o de Aprender algo nuevo. Fuiste amante de la diversión, interesante, amable,
Habrías sido una de las primeras adoptadoras de toda la
Tecnología moderna, si hubieras tenido una vida más larga,
Y te hubiera encantado jugar-y trabajar con
Todos mis juguetes electrónicos.
Habrías sido un terror con un procesador de textos, con el correo electrónico
Y con las redes sociales y una gran campeona con mis juegos de video.
Me habrías ganando en todos ellos. Éramos grandes amigos tú y yo,
Y compañeros de juego a lo largo de la mayor parte de mi infancia.
Nos seguiste a nosotros aquí en breve después de que emigramos en 1968, dejando
O el amor que lo hizo soportable para ti. Lo comprendo ahora. Demasiado tarde.
Es uno de los grandes pesares de mi vida.
Jugamos juegos de mesa, a vaqueros e indios, carreras de coches eléctricos, volteamos tarjetas de Béisbol y compartimos miles de juegos de Birisca y Tute. Nunca se me ocurrió que tú eras el Más mínimo inusual de ninguna manera. Te amé profundamente, pero Nunca me moleste mucho Por demostrártelo. Eso también me pesa, y es también demasiado tarde.
Después de mudarse a Buenos Aires, cuando mamá se había ganado suficiente dinero
Para llevarte a ti y a los dos hermanos más jóvenes, el sistema de cuotas entonces
No permitía que emigraran también tus dos hijos menores, quienes quedaron
Al buen cuidado de tu hija casada mayor en España, María, y su esposo, Fausto.
Los querías contigo. Te dirigiste directamente a Evita Perón para pedirle ayuda.
Como era de esperar, no pudiste conseguir esquivar a sus porteros. Pero no eras nada si no Persistente. Sabías que Evita salía temprano cada mañana para su oficina. Y te
Estacionaste a las 6:00 de la mañana, mediante muchos, días por su camino de salida.
"Abuela, ¿por qué me hace señas a mí cada mañana cuando salgo para mi trabajo? "
Ella preguntó. Tú le explicaste acerca de tus hijos en España. Evita se apiadó y
Te escribió un pase en su tarjeta para verte en su oficina al día siguiente.
La fuiste a ver al día siguiente y ella te aseguró que la visa se expediría inmediatamente;
Ella te ofreció una máquina de coser y entrenamiento para
Convertirte en una costurera con la intención de promoverte una vida mejor.
Tú se lo agradeciste, pero declinaste la oferta. "Dele la máquina de coser a otra madre Necesitada.
Mi espalda es fuerte y mis manos me sirven bastante bien, igual que siempre
Te dio otro pase y tú cumpliste tu palabra, como siempre, de volver a verla con tus niños.
Evita te volvió a ver en su despacho brevemente y compartieron chocolate en taza y pasteles
Peronismo, pero siempre defendiste a Evita mediante tu larga vida.
Te fuiste demasiado pronto. No te había dicho “te quiero” en muchos años, estando
Demasiado ocupado con mis estudios y con otras ocupaciones igualmente inútiles.
Falleciste sin poder volverte a ver. Mamá tuvo que ir a tu lado sola. La última vez que
Te había escrito te envié una foto de mi graduación de abogado.
Según mamá la llevabas en el bolsillo antes de que te diera el ictus cerebral del cual
No hubo recuperación. Como siempre, me quisiste con todas mis faltas que me hacen
Indigno de tu cariño. Yo presentí el momento de tu muerte. Desperté de un profundo
Sueño desperté y vi un pájaro blanco parado encima de mi escritorio al pie de mi cama.
Ese pájaro de tamaño humano extendió unas enormes alas y voló hacia mí,
Traspasándome y dejándome en un fuerte escalofrió. Supe en ese momento que
Habías muerto. Lloré y recé por ti. Mamá llamo por la mañana
Para confirmar la triste noticia.
Mamá también me comunicó muchos años después que habías estado en una
Coma por un tiempo pero que habías despertado y que, sin conocerla, le
Habías dicho que viajabas a Nueva York para ver a tu nieto. Luego te dormiste
Por última vez, según mamá. Te echo de menos todos los días.
[Transated by the author from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011, 2017 Victor D. López (Amazon Kindle and CreateSpace)
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